miércoles, 28 de abril de 2010

Los gafes de la política

Llegar a los más altos cargos relacionados con el mundo de la política no es nada fácil. Por eso hoy en día en la sociedad actual, nuestros presidentes, dignos representantes de nuestras naciones y pueblos, deberían de ser gente culta, educada, dinámica y con experiencia. Muchos políticos de alto rango son licenciados y algunos hasta tienen un doctorado. Otros, sin embargo, carecen de estudios superiores de cualquier materia. Pero al final en muchas ocasiones lo que cuenta de verdad no es sólo un expediente académico brillante sino algo llamado popularme cultura personal. Si un representante de una nación carece de estudios y es tacaño y sin modales, me pregunto y ¿quién nos representa? ¿Quién da la cara por nuestra nación a nivel internacional?
La fatal combinación de no tener educación y el no saber comportarse es casi un canon entre algunos políticos. Seguro que uno de los más destacados en su momento fue Boris Yeltsin. Su escapada nocturna durante una visita oficial a la Casa Blanca en 1995 vistiendo zapatillas y calzoncillos a paso tambaleante tenía como firme objetivo el comprar... una pizza. Este acontecimiento y muchos más con Yeltsin como protagonista explicó en su momento Bill Clinton en una serie de entrevistas de Taylor Branch fruto de las cuales surgió un libro: "The Clinton Tapes: Wrestling History with the President". A ver si no se le olvidó mencionar en el libro sus asuntos de faldas con entre otras Monica Lewinski, los problemas que también acosan pero no atormentan a Silvio Berlusconi. Las declaraciones de Il Cavaliere protagonista de Il Papigate, escándalos sexuales con menores en Villa Certosa, que nunca ha tenido que pagar a una mujer han dado la vuelta al mundo.
Tampoco pasan inadvertidas las declaraciones del presidente del hexágono, Nicolas Sarkozy, capaz de contestar a los ciudadanos de su país de manera poco afortunada: "Casse toi, alors pauvre con" ("¡Entonces cállate pobre imbécil"). Lo triste es que lo hace sin perder su sonrisa de plástico y con una aparente proximidad.
Pero, sin lugar a dudas la actuación más comentada de Sarkozy por todo el mundo fue la protagonizada un mes después de haber sido elegido presidente del Francia durante una conferencia de prensa en la cumbre del G-8. Sarkozy, después de haber hablado con Putin, apareció delante de los medios con una actitud muy particular. Se diría que estaba en estado de embriaguez, a pesar de asegurar más tarde que nunca había tomado ni una sola gota de alcohol.
Los francófonos belgas tampoco se salvan de estupefacciones y risas. Uno de sus primeros ministros, Yves Leterme, en una entrevista en directo no fue capaz de cantar los primeros compases su himno nacional (¡¡se puso a murmurar la Marsellesa!!). Tampoco supo explicar por qué los belgas celebran su fiesta nacional el 21 de julio. ¡Qué inocentes son entonces las meteduras de pata de George W. Bush! Hace escasas semanas, cuando se hablaba de la contaminación del planeta Tierra Bush dijo que: "No es la contaminación la que amenaza el medio ambiente, sino la impureza del aire y del agua". No sé si todos estaremos de acuerdo con ello... Lo chocante también es su dominio geográfico. No ve diferencias entre "Poland-Holand". Cuando estaba en Bratislava se sorprendió del "increíble progreso del listo y trabajador pueblo esloveno" y tampoco perdonó a los autralianos. Durante la cumbre de APEC de 2007 (Asia-Pacific Economic Cooperation) dio las gracias al primer ministro australiano por haber enviado a Iraq sus tropas austríacas. Pero Bush por lo menos habla inglés, cosa que no puede decirse de otro políticos. ¡Y menos mal! De este modo todos los traductores e intérpretes podran ganarse el pan hasta el final de sus días.

Sarkozy en una peculiar situación


Cuando una persona pública hace declaraciones debería preparase su discurso. No tendría que tener dificultad alguna para contestar a las preguntas más incómodas en las situaciones menos agradables. Todo es cuestión de buena educación y de una filosofía de vida sana. No hay que descuidarse de los micrófonos, periodistas, grabadoras, público... Hay que saber comportarse delante de las cámaras para dar una buena imagen, confianza y profesionalidad. ¿Quién votará a Brown, Sarkozy o Berlusconi? Eso es lo que deberían preguntarse ellos mismos. Pero al parecer alguien vota porque uno de ellos acaba ganando casi siempre... ¿Es cuestión de corrupción? ¿De demasiado poder? Desde luego no de profesionalidad...

No hay comentarios:

Publicar un comentario