miércoles, 25 de enero de 2012

Costa (Dis)...cordia


Hace ya mucho que tenía previsto poner un poco de orden y ponerme al día. Hay tanta información de la cual me gustaría hablar que casi no sé por dónde empezar. Entiendo que haya ciertos cánones de presentación y de empleo de titulares, quizás el no hacer uso de paréntesis, de puntos suspensivos u otros instrumentos que describieran el estado del autor del artículo. Ahora bien, ante tales circunstancias no he podido negarme a utilizar ciertas herramientas de apoyo como lo son en este caso los signos ortográficos en este titular.


Todo el mundo habla de la última tragedia marítima. Hay titulares y titulares que pretenden describir, explicar, informar. Y los hay para gustos y colores. El pasado 13 de enero de 2012 la Costa Concordia encalló con una roca y abrió en su casco numerosas vías de agua de grandes dimensiones, lo que le llevó a quedar fuertemente escorada en aguas someras frente a la isla toscana de Giglio, en el mar Mediterráneo, con importantes desenlaces de hasta ahora unos 17 fallecidos, con numerosos desaparecidos y más de 4.200 personas evacuadas. Todavía hay que verificar a las personas que viajan en el Costa Concordia sin ser registrados, así que el número de víctimas puede crecer. Se trata de una tragedia que muy probablemente podría haberse evitado según opinan los expertos.


Como en cada tragedia hay que buscar al culpable esta vez tampoco se ha hecho esperar y se ha apuntado a que el capitán Francesco Schettino tomó malas decisiones cuya causa ha sido el parcial hundimiento del buque. Hay que recalcar que el mismo capitán abandonó la nave siendo uno de los primeros. Además, mantuvo una postura incorrecta al procurar falsa información a las autoridades pertinentes de la Isla de Giglio. Muchos son quienes opinan que de haber conocido el real estado de la Concordia se hubiera podido salvar a todo el mundo.


Francesco Schettino, capitán del Costa Concordia



En el mar, como en cualquier otro sitio o dimensión, hay ciertas reglas, c
ierto orden que hay que seguir, y aún más siendo capitán de una embarcación de tales dimensiones. Así pues, el código marítimo establece que en caso de colisión o accidente el comandante de dicha nave es el último en abandonarla y previamente debe socorrer a los pasajeros y al resto del personal. Pues bien, en este caso Schettino se ha saltado su obligación como comandante siendo el hazmerreír en versión dolorosamente desagradable de casi todo el mundo y no creo que vaya a cambiar su imagen por muchas cajas negras que se lleguen a estudiar. Es un hombre que se ha hundido junto a su Costa Concordia; una nave que justamente había sido bautizada con el nombre de "Concordia" por la paz y la unión de los pueblos europeos, ya que en su estructura interior presentaba trece puentes de trece naciones europeas (Holanda, Francia, Polonia, España, Suecia, Bélgica, Grecia, Gran Bretaña, Irlanda, Austria, Alemania, Italia y Portugal). Y es que ahora a la nave le pega más "Costa Dis-Cordia", porque lo de estar de acuerdo todos con todo lo veo mal, empezando por las declaraciones de Schettino y la de los comisarios que estudian el caso. Por "discordia" se entiende una oposición, desaveniencia de voluntades u opiniones. Es lo que pasa ahora, los expertos tienen que ponerse de acuerdo para dar una explicación apropiada a los sucesos del pasado 13 de enero visto el testimonio de Schettino.

El capitán pasará a la historia como el comandante de una nave llena de discordia, de desgracia, de lamento, de dolor, de miedo e inseguridad. Y a pesar de estar todavía a la espera de una verificación y de un estudio exhaustivo de lo ocurrido el capitán sigue bajo arresto domiciliario con tres cargos de los que debe defenderse. Su carrera se ha hundido y su imagen se ha deteriorado públicamente. Todo por haberse acercado demasiado a la costa de Giglio para saludar con tres sirenas a la isla y a su alcalde. Todo por haber dicho que las rocas con las que encalló la nave no figuraban ni en su mapa ni en su ruta. Lo curioso es que el buque se consideraba como uno de los mejores del mundo, lleno de instrumentos y peripecias tecnológicas de mejor nivel, incluídos rádares en varias dimensiones. ¡Pues ni eso salvó a Schettino!


Costa Concordia, el antes y el después



Hoy en día se ha hecho mil y una comparaciones del Costa Concordia con el hundimiento del Titanic hace ya 100 años, el 12 de abril de 1912. Porque a pesar de haber pasado un siglo el error humano ha sido el causante de un trágico accidente que podía haberse ahorrado. Ni la tecnología puede librarnos del error humano, el no tomar una mala decisión que más tarde pueda causar muertes y pérdidas astronómicas no olvidando la catástrofe ecológica con la que ahora mismo hay que luchar con tal de evitar que la costa de la Isla de Giglio se tiña de negro. Así pues, yo me pregunto ¿cuando Schettino estaba al mando de su nave, no miro ni utilizó radares para esquivar las rocas? ¿O es que las rocas no figuraban en el radar?