lunes, 17 de junio de 2013

Manual de instrucciones de un buen "yo mismo"

 

La vida es demasiado corta como para estarnos peleando desde el amanecer hasta el alba. Ya lo decían los antiguos romanos "tempus fugit". Aprovéchalo y no lo tires a la papelera de reciclaje.

Esos momentos que quisieras borrar, entender, volver a vivir... No se puede. Pero sí se puede seguir hacia adelante. No mires atrás, el pasado te sigue hasta cierto momento, ahora toca vivir el presente y pensar en el futuro. 

 

Me levanto con no sé qué pie a no sé qué hora de la mañana y lo primero que hago es no abrir los ojos para robar esos pocos segundos de sueño que aún me quedan. Es como abrir un manual de instrucciones y montar tu mueble particular, poco a poco, empleo todas las herramientas básicas y necesarias. Alguien me tira de la cuerda y me anima a que sonría nada más abrir los ojos. Primer punto del día superado con éxito, y seguimos hacia adelante. 

Es la hora del desayuno y felizmente preparo las tostadas con mi mermelada favorita que acompaño de un buen tazón de leche con miel o bien de café "au lait" como dirían nuestros queridos vecinos. Y es justamente ese "olé" el que me tira de la cuerda hacia adelante. Allez!


Café "au lait" que me anima a seguir hacia adelante


Llaman por teléfono para hacer la encuesta 3759 de mi vida, las mismas preguntas, el mismo tono de voz aburrido y la misma finalidad: molestarte nada más empezar el día. ¿Y qué hago, me voy a enfadar? Contesto con toda la cortesía posible y con un tono de voz educado: "muchas gracias y que tenga un buen día". Al otro lado del teléfono el teleoperador se queda parado y no se oye nada durante unos segundos. Al poco tiempo se cabrea y me contesta con un poco ortodoxo "que te den a ti y a tu día de mierda" y cuelga. No quiero que su respuesta influya en la tonalidad "si bemol mayor" de mi día y me voy a la ducha. Sigo sintiendo la cuerda que me tira hacia adelante.

Caen los primeros chorros de agua fría que noto con sólo un pie en la ducha. Me estremezco pero algo me dice que no pasa nada y que siga hacia adelante. La temperatura del agua mejora y mojo mi cuerpo entero al son de la música de la ducha. Mi gel de ducha huele a orquídea u otras flores y me gusta por eso sonrío y sigo montando mi día con las herramientas adecuadas. La cuerda sigue tirando de mí hacia adelante. 

Me visto y salgo de casa camino del trabajo y veo las caras tristes y dormidas de la gente que me rodea. Yo en cambio sonrío y escucho mi iPod. Me da energía para dejarme tirar de la cuerda hacia adelante.
Llego a mi trabajo y saludo a todos con un amable "buenos días" junto a mi sonrisa "colgate whitening". No todos están entusiasmados pero hay quien copia de mi esa buena chispa y me guiña el ojo de buen modo y con un tono dulce. Sigo caminando enfrente esforzándome por no perder el rastro de la cuerda que me tira hacia adelante. 

Recibo una alerta en mi smartphone, es una vieja historia de casi-amor quien me busca. ¿Qué hago, sonrío? Quiero sentir esa cuerda pero me cuesta, ahora sí que me cuesta. Llamo a mi mejor aliado y planificamos la ruta de combate. Mi amigo me dice un seco "ni caso" y es cuando vuelvo a sentir esa cuerda que me tira hacia adelante aunque el ritmo no sea el mismo de antes. 


 Siento la cuerda tirar de mi hacia adelante


Esa cuerda eres tú, ella, él, tu madre, tu abuelo, tu mejor amiga, tu peor enemigo, el vecino, la señora que cada mañana a las 5 sale a correr con su chihuahua como si fuese un pastor alemán, tu jefe, tu ex jefe, tu pareja o tu no pareja, tu lío o tu no sé quién eres para mí, tu yerno, tu hermana que nunca tuviste... Son todos los motivos por los que sigues hacia adelante. Porque si cada mañana empezaras tu día de esta manera seguro que lo acabarías con una sonrisa y sentirías que has hecho algo: ser feliz, es decir, acabar de construir ese mueble. Y es que habrán muchas personas que van a querer fastidiarte, muchas situaciones y momentos delicados que habrá que tratar con pinzas y guantes de cirujano ¿y al final qué vas a hacer? ¿Enfadarte? Pues no. Lo que más duele a los malos es ser bueno y feliz, disfrutar de cada segundo de tu día y aplicar el "carpe diem" a tu vida. Los malos se camuflan y cambian como los camaleones; una vez son una persona, otra vez se convierten en dolor físico y algunas veces son situaciones comprometidas. No vamos a rendirnos, vamos a seguir la cuerda que tira hacia adelante. ¿Y por qué? Porque si tiras de una cuerda lo que va detrás de ella va hacia adelante y tu también. No me rindo, sigo junto al movimiento de la cuerda, sigo hacia adelante.