martes, 20 de agosto de 2013

Adivina, adivinanza

Gracias a los misterios más extraordinarios de la vida lo sé todo. No sé explicar cómo y porqué pero lo sé todo.

Sé con sólo mirar cómo se siente una persona, sé con sólo escuchar lo que siente y el motivo de su estado de ánimo. Tengo como una especie de múltiple sexto sentido que me guía a través de laberintos enigmáticos con luces al final del túnel.

Cuando me pongo a surfear por la red encuentro varios resultados de los términos "saber todo". De repente en tan sólo 0,26 segundos me aparecen más de 616.000.000 páginas con resultados. Varias de estas páginas me proponen temáticas complicadas e inciertas como la ciencia o la filosofía. Y yo sigo queriendo saberlo todo. Pero no sé si un día podré alcanzar tal nivel, si un día podré decir que realmente lo sé todo. 



Lo sé todo


Sé cómo se sienten los seres que me rodean. Muchas veces me ha pasado que con sólo mirar su expresión facial me he dado cuenta de lo mucho que intentan esconder. Quizás escondan por comodidad o simplemente por miedo a dar demasiadas pistas sobre ellos mismos. Me siento como una especia de adivina que descubre secretos. Ya lo decía Alejandro Jodorowky "Si quieres saber todo lo que ignoras, despréndete de todo lo que sabes". 
También sé muchas otras cosas. Sé, por ejemplo, que si se busca trabajo y uno se apunta a páginas de empresas donde otros miles de usuarios desesperados rellenan cuestionarios con preguntas rebuscadas, la probabilidad de que te toque justamente a tí es tan mínima que ya ni quiero hacer el cálculo matemático para descubrir mis posibilidades. 


Tengo muchas dudas pero no me asusta descubrir las respuestas


Sé que el dinero no da la felicidad pero si facilita mucho las cosas. Con dinero no se pueden comprar muchas cosas como la amistad, el amor y demás sentimientos afectuosos. Claro está que llegado el momento, un fajo de billetes puede proporcionar mejor calidad de vida, más estabilidad, más tranquilidad y menos preocupaciones. Pero en muchos aspectos tiende a teñirse de negatividad, más tasas, más pagos y mayor voluntad de querer tener siempre más y más.
Sé que si uno se cuida ahora el día de mañana su salud seguirá siendo buena, porque el cuerpo tiene memoria. Si te atiborras de cigarrillos, alcohol o drogas luego no te impresiones de las causas secundarias que puedas padecer.
Sé que si tratas mal a los que te rodean nunca vas a poder decir que tienes amigos. Por mucho que intente adivinar cómo te sientes y vaya a lograr descrifrar tu mente, en 5 de cada 6 casos tendré la sensación de perderme. 
Sé que si quiero algo voy a lograrlo, cueste lo que cueste. También sé que voy a desanimarme mucho durante el camino, que me pesarán muchas dudas. Pero sé que al final cuando logre mi objetivo me sentiré realizada y más fuerte. Por eso, quiero saberlo todo. 

        

martes, 13 de agosto de 2013

Viaje a través de la historia

Siempre descubro curiosidades en mi ciudad. Hay muchas perlas que se han mantenido a través del paso del tiempo y que sobreviven con su antiguo esplendor. 

Una de estas joyas es la Biblioteca Pública Arús que se encuentra en el Eixample de la Ciudad Condal. Pocos la conocen, yo misma había pasado delante miles de veces sin haber entrado a descubrir lo que esconde. 

 

La biblioteca fue fundada en 1895 por Rossend Arús siendo en su época una de las más modernas. Ya por aquel entonces era un punto de encuentro de estudiantes e investigadores que llenaban sus salas. Es además uno de los centros de referencia en cuanto a movimientos socio-culturales obreros y masónicos. Barcelona esconde muchos tesoros de la historia, lo difícil es descubrirlos. 


Detalles de la Biblioteca Pública Arús


Creo que deberíamos empezar a abrir más los ojos, a ser más curiosos y a querer descubrir el porqué de lo que nos rodea. Parece que no, pero muchos rincones, no sólo de Barcelona, esconden secretos que pocos conocen. Esos rincones, esas piedras han sido testigos de la historia, de la nuestra y de la de miles de personas. Quién sabe lo que habrán presenciado esos porches, esculturas, plazas... Hay que despertar la curiosidad por conocer, aprender y enriquecerse personalmente. Hay que darse cuenta de que la historia, por muy marrón que sea la tapa de ese libro que estudiamos un día en el cole, no es tan oscura y muchas veces presenta auténticas joyas. Es lo que pasa con la Biblioteca Arús. Me quedé encantada por el aire que se respira, por los libros, por el tiempo que llevan ahí y por lo que ocultan detrás de sus tapas. Hay de todos los tipos, tamaños, lenguas y colores. 

Hoy he descubierto esta joya y mañana intentaré descubrir algo que todavía no conozco. Quizás me decante por dar un paseo por la Barcelona masónica o entre en uno de los varios museos de la ciudad. Lo que tengo muy claro es que quiero sorprenderme. Quiero conocer la historia de mi ciudad.